miércoles, 16 de julio de 2008

Como nacio el Capitan Trueno (continuación)

En enero de 1957, con otros 60 militantes del PSUC, Armonía Rodríguez y yo fuimos detenidos por la llamada Brigada Político-Social. Y después de pasar 23 días en los subterráneos de la Vía Layetana –donde también fueron a parar por los mismos motivos, un Premio Planeta (Juan José Moreno Mira) y el director de la Fundación Miró, Francesc Vicens, entre otros,fuí a parar a la Modelo. En el patio, conocí a diversos anarquistas. Todos me hablaron muy bien de la E.B. y, sobre todo de su Director que habían conocido durante la guerra civil. Por lo visto, después, había ayudado a más de uno.
En la editorial decidieron –el Director, ¿quién sino?...- pagarme el sueldo.
Yo sufría por muchas cosas, aquellos días (por ejemplo, cuando “chapado” en la celda, traducía en voz baja el diario Treball entrado clandestinamente a los dos que tenía como compañeros, con el inconveniente de que en la puerta había un agujero –el “chivato”- por el que vigilaban regularmente unos funcionarios que nos podían enviar, si llegaba el caso, noventa días a los calabozos de los subterráneos). Una de las cosas que también me angustiaban era que, encerrado como estaba, no podía continuar escribiendo las aventuras del Capitán Trueno: ¡los pobres lectores se habían quedado colgados a medio “suspense”! En la editorial decidieron que mientras no saliera escribiría los guiones otro guionista, Ricardo Acedo.
Este, amigo y excelente persona, entendió correctamente al personaje, e hizo unos cuantos cuadernos, consiguiendo que no bajara el nivel de ventas. Cuando salí de la Modelo unos meses más tarde, volví a hacerme cargo de la colección.
La salida fue emocionante. En la editorial me hicieron un gran recibimiento. El Director me llamó a su despacho y sólo me reprochó, afablemente, que me tomaba la vida demasiado en “serio”. (“Usted es un idealista, Mora”).
Más tarde, R. González me dijo: “Le comunico que he pasado a ser Subdirector Técnico. Y que el Director ha decidido nombrarle a usted Jefe de Redacción. Con aquella decisión, el Director ponía en buen lugar a un comunista que él consideraba, profesionalmente hablando, pese a saber que aquello no gustaría a la policía(¡no le gustó, en efecto!), y que aumentaría la reputación de “roja” de una editorial a la cual –las mañana en que había octavillas subversivas por la calle, pidiendo huelga- telefoneaba un cierto escritor-policía para comprobar “si todo está en orden”, si no había ningún “recalcitrante”.
El Director tuvo así la gallardía de demostrar que en su casa mandaba él. Porque, en el fondo él sabía que hizo una cosa claramente anti-fascista.El caso es que la hizo.
Unos meses más tarde, la policía llamó a la editorial. Pidieron que R.González bajara a la Jefatura, diciéndole que querían hablarle de mí y de Armonía Rodríguez. Todo el que haya sido represaliado por el franquismo, sabrá lo que representaba el solo hecho de ir a Jefatura, aunque sólo fuera para pedir un “pase” para ir a Andorra. R.González, -que tenía allí la ficha correspondiente- me comunicó la llamada fatídica muy flemáticamente sin embargo.
Todavía quiso tranquilizarme: “No se preocupe, Mora”.
Le tuvieron toda la santa mañana haciéndole preguntas: por lo visto, los policías Creix y compañía, recibieron un anónimo –alguien que a Armonía y a mí nos distinguía con su atención- donde se decía que continuábamos ejerciendo el trabajo clandestino, y que organizabamos a las masas de la editorial, de cara a la “Huelga General Pacifica” que entonces se anunciaba próxima.(¡Días despues, a Jefatural, tuvimos que ir Armonía y yo, a ”explicarnos”!).
Cuando R.González volvió, me dijo brevemente de que se trataba –entre reunión para hablar del Extra de Pulgarcito y llamada al fotograbador para ver como estaban las “tripas” del Cachorro- y pese a la molestias y las angustias que sin duda había pasado, no me hizo ni el más mínimo reproche.
Mientras tanto, del Capitán Trueno ya no salían solamente cuadernos… Habíamos creado toda una serie de publicaciones subsidiarias, cosa que hizo necesario dar trabajo a muchos dibujantes y no menos guionistas. (Así es la vida… Uno cree que lo más útil que ha hecho en la vida es escribir unas cuantas cosas para distinguirse de los otros; mantener según que actitudes a contracorriente… Y puede que lo más positivo que haya hecho es haber contribuído, muy directamente, con fuerza, a hacer funcionar, en Barcelona y alrededores, muchos talleres de artes gráficas, e incluso haber creado algunos que no existian, etc, etc). Esto hace que hoy en día exista una masa inmensa de material del Capitán Trueno, personaje que se ha mantenido a través de los años.
Después de muchas tensiones y negociaciones, casi tan duras como las de Kissinger y las de Le Duc Tho para liquidar la guerra del Vietnam, y en vista de las sucesivas reediciones del Capitán Trueno y del Jabato (cuaderno creado por mí, pero con un título impuesto por la dirección) obtuve finalmente que se me abonasen, con cierta regularidad, derechos de autor –no reconocidos como tales- que nunca pasaron de cinco cifras . Esto se hizo sin ninguna posibilidad de control por mi parte, sin recibir nunca un comprobante de pago con cabecera impresa, o sea en un clima de desconfianza total, digno del que imperaba entre el Capitán Trueno y el Conde Kraffa, uno de los “malos” más distinguidos de aquellas aventuras.
Según he sabido más tarde, estas cantidades me las fueron pagando (hasta que, a raíz de mi actitud “subversiva” reforzada, decidieron “castigarme”) “a título benévolo” (sic), dejandome sin ellas.


(Nota de Víctor Mora, en 2008)
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Al leer este texto de antaño, actualmente dá la sensación de que E.B. era una cueva de ladrones…Téngase en cuenta que en los años 50, tras la guerra civil de 1936-39 que había ganado el capitalismo más brutal, la reacción más repugnante seguía cubriendo España.
Todo el capitalismo español era una pura brutalidad (con alguna excepción). E.B.tenía actitudes positivas que ya he reseñado.
No fuí el único, ni muchísimo menos en beneficiarse de ellas. Con respecto al Director he de decir que, cuando se ha sido “rojo” de verdad, siempre queda algo de humanidad, para proyectarla con los demás sean quienes sean esas personas.)


Víctor Mora (continuará)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cuál era su título propuesto para El Jabato?

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el blog. Estaré muy pendiente de su relato...

Anónimo dijo...

Hace años, con motivo a la desaparición del trueno de forum, mantuve alguna conversación telefónica con vd. y no se me olvidarán sus palabras al mencionarle sentirme tan afectado por la desaparición de aquellas "nuevas aventuras". Me dijo "entiendo esté vd. tan consternado..."
Ahora estoy disfrutando con su narración por entregas, y aunque entiendo no se va a dedicar a contestar preguntas, sí me gustaría incluyera algún comentario respecto a lo siguiente:
¿Cómo llegó a inspirarse para la aventura de Titlán? ¿qué le motivo a escribir tan impactante historia? Le cuento. Visité a Ambrós en el verano de 1988. Le hablé de esta aventura y ¡no se acordaba! Nos contaba a mi familia anécdotas de la guerra civil. Yo volví en plan plasta, al punto que mi mujer me dijo: "¿no ves que al sr. Ambrós no le interesa ese tema?" Algo así como hizo nuestro rey con chávez. Bueno, pues en su narración, ¿podría decir algo al respecto? Imagínese. Año 1958. Servidor con 8 años, en la cola del cine. El grupo de muchachos contemplando sorprendidos aquel número 93, entusiasmados y horrorizados, por aquello de las estatuas de Titlán. Créame, nos olvidamos de la película... Hoy, a mis 58 años mesiguen impactando aquellas historias...

Anónimo dijo...

Consulto a diario su blog, sr. Mora. Deseo se encuentre bien y que su ausencia sea por vacaciones. Saludos cordiales.

ElRinconDelTaradete dijo...

Que buenos momentos me hizo pasar con el Corsario de Hierro en mi juventud y aun hoy si los releo!!

Anónimo dijo...

No viene muy a cuento, pero quisiera transmitirle mi opinión respecto al tan traído y llevado renacimiento de Trueno en los '80. Pienso, Sr. Mora, que NO se equivocó de ninguna manera al realizar los guiones para Burns (tampoco para Fórum ni para Blasco), lo único que pasa es que hay demasiados pocos AFICIONADOS AL ARTE DEL CÓMIC y demasiados "NOSTÁLIGOS DE X" (del cómic sólo leen lo que leían de niños). Este es el país que es, ud. lo sabe mejor que nadie que ha residido en Francia (la distancia que supone una cadena de montañas, dios mío...): cómo me gustaría hacer una encuesta de cultura del cómic entre tanto "aficionado a Trueno"... ¿cuántos conocerían "Las Crónicas Del Sin Nombre" o su producción con Goetzinger o "Los Inoxidables" o la serie sobre la Guerra Civil o a Foster, Pratt, Eisner, Crumb, o...?
MUCHÍSIMAS GRACIAS POR HACERME SOÑAR, AMAR LA AVENTURA, LA TINTA SOBRE EL PAPEL, LOS VIAJES, LA HISTORIA Y LA HISTORIETA.
Oscar J.