sábado, 18 de octubre de 2008

Como nacio el Capitan Trueno (continuación)

Una mañana del año 1962, cuando la editorial ya estaba en la calle Camps i Fabrés, cuando ya había prosperado muchísimo, la persona que en aquellos dias se encargaba de comprobar si todo el mundo “marcaba” como era debido en el reloj que habían instalado abajo (”¡Cómo si esto fuera un banco!”, gruñían los descontentos de costumbre. Y de comprobar si todo el mundo llegaba puntualmente, me dijo: “Oye, Mora, mira, perdóname, lo siento mucho, pero es que este mes has llegado varias veces tarde…
Te aviso, oye, porque me veo obligado a hacer un “comunicado”… ¡Es que en total, suman seis minutos, tú!
Yo atravesaba un mal momento… Llevaba demasiados años en la editorial.
Ya no podía aprender allí nada más. Por las mañanas, al levantarme, me sentaba en la cama y ante mi, como si desfilara una pesadilla, veía todos los actos, todos los gestos –pocos actos, muchos gestos…- que tendría que hacer, en tanto que jefe de redacción, al largo del dia… ¡No lo pude soportar más! Subí al gran despacho, sobriamente lujoso ahora, y perfectamente insonorizado, del Director. Él, que continuaba siendo puntualísimo, estaba trabajando, llenando cuartillas con su letra menuda y precisa que yo conocía bien.
Hablé atropelladamente: “Mire… Fíjese… ¿Qué le parece esto…?
¡Seis minutos! ¡Seis minutos! ¡Parece mentira! Usted sabe todo lo que hemos pasado en esta casa… ¡Cuando estábamos en el Paseo de Gracia!... Hasta veníamos a trabajar por Semana Santa… Usted sabe que teníamos hora de entrada, pero nunca de salida…
Que usted no nos ”declaró” hasta mucho después… Usted sabe que yo siempre “he posat el coll”… Que me los he ganado los sobres azules de fin de año…
El Director me miró, como haciendo un esfuerzo para concentrarse en aquello que le decía aquel personaje que parecía arrancado de “La muerte del viajante”, de Arthur Miller.
Sin duda se encontraba lejos, muy lejos, tal vez pensando en uno de sus viajes anuales a América donde iba, de vez en cuando, a ver como funcionaban las E.B. que había creado. Tal vez pensando en aquello que me dijo un dia: “Mora, yo tengo una responsabilidad muy grande. La editorial ha crecido…Siento que centenares de personas dependen de alguna manera de mi. Les tengo que dar trabajo, ¿me entiende? Les tengo que dar trabajo”. Tal vez pensaba en lo que decía, a veces, desengañadamente: “Cuando un hombre ocupa un lugar como el mio, todos le critican.
Y hagas lo que haga, te pongas como te pongas…” Finalmente, ante aquella masa de reproches míos, de dias festivos no debidamente”santificados”, de tantos y tantos trabajos “posant-t´hi el coll”, me miró de hito en hito, y con su sonrisa irónica me dijo: ”Pero Mora…¿A dónde va parar? El Paseo de Gracia… La Semana Santa trabajan-
do… ¿A dónde va a parar, hombre? ¡Aquello era la bohemia! “.


FIN

5 comentarios:

Jacques Fiston dijo...

Gracias Víctor por esta magnífica relación de su paso por la editorial Bruguera, y de la creación de su más emblemático personaje.
He observado que la última palabra era "FIN" en lugar de "CONTINUARÁ..."
Confío que se trata del final del relato de una história y podremos seguir disfrutando de otros artículos y comentarios que tan amenos y edificantes resultan.
Por otra parte quiero felicitarle por el 50 aniversario de la publicación de "EL JABATO", otro más de los magníficos personajes con los que nos ha deleitado, entretenido i concienciado, a varias generaciones de lectores.

Permítame un caluroso abrazo (aunque sea a través de un frio correo electrónico)

Salutacions

Joan Carles

Isackson dijo...

Malheureusement, Victor, mon espagnol est toujours chancelant. Mais je suis heureuse de voir que vous n'avez pas changé ni physiquement ni dans vos idées. Cris et Chuchotements, Paris, 1973, rue de Charenton puis Kremlin-Bicêtre. Vous vous souvenez ?
sapzura@gmail.com

Ragnar dijo...

Hola! echo de menos más pensamientos del Maestro de las Ideas, el Sr. Mora...
¿Para cuándo otra entrada?
Abrazos,
Oscar J.

Anónimo dijo...

He leído todo el blog de un tirón y ha sido increible.
Un abrazo y una pena que se haya acabado.

Manuel dijo...

Saludos desde Madrid para Armonía, y para ti, Víctor.

Por nuestro gran amigo Elías Bravo, estoy enterado de que ambos seguís disfrutando de una buena salud, y con muchas ganas de seguir trabajando. Me alegro de eso, y espero que muy pronto nos volvamos ha ver en alguna nueva quedada de la Asociación "Amigos del Capitán Trueno".

Besos para Armonía y abrazos para ti.

Manuelescu