Había una vez una coincidencia

Para mí, esta coincidencia , empezó en Francia, con un libro de Vassili Grossman, publicado en las Éditions L´Age d´Homme, en 1980 y reeditado en 1983 -Éditions Julliard/L´Age d´Homme- que es cuando yo pude leerlo. Por aquella época, pese a que yo ya había leído muchísimo, quedé maravillado y lo situé entre lo mejor de lo mejor que había leído nunca en mi vida. No me extraña que Vassili Grossman haya podido escribir:

"No son culpables los vivientes. Fuerzas de plomo, oscuras, les empujan; millones de
toneladas pesaban sobre ellos. No hay inocentes entre los vivientes. Todos son cumpa-
bles: tú el procesado, tú el fiscal, y yo que pienso en el procesado, en el fiscal, y en el
juez. Pero, ¿por qué nos duele tanto y nos avergüenza tanto nuestra abyección?"

La novela -todavía se encuentran cortos de entendederas que dicen que la novela ya no sirve
como género para entender la vida- ...la novela, formidable, "Vida y destino", explora la realidad soviética en un punto crucial de su historia: Stalingrado, a la vez la má severa derrota sufrida por el Ejército Rojo obligado a retroceder hasta el Volga, y la victoria más convincente del Estado Soviético, que obligó a plantar cara a los Alemanes, en el mismo momento en el que ganaban las victorias más esplendorosas. Stalingrado, fue una inmensa esperanza para todos -y sobre todo para Rusia- porque fue el fin del nazismo y el triunfo de la democrácia. Un triunfo para muchísimos seres humanos, por no decir todos pensando en según quien. Pero, volvamos a la coincidencia...

En el 2006 leí la novela "Les Bienveillantes" (NRF Gallimard) del autor Jonathan Littel (que aquí lleva el título de "Las benévolas", perdonen si he respetado, al copiarla, la minúcula, tal vez erroneamente puesta...), novela que pone otra vez en acción la fatídica II Guerra Mundial. El libro está dedicado, de una manera sencillamente emocionante para quien sea capaz de las emociones, "Para los muertos".

Jonathan Littel es un joven excepcionalmente dotado para la literatura. Su versión de la parte correspondiente a los verdugos -los nazis y su empecinamiento en no creer que todos los seres humanos son iguales-, la parte principal de la novela, es sencillamente magistral. Lo demás comporta, a veces, eso que en francés llaman "des longueurs". Y que me perdone quien disfrute con ellos, pues bien escrito -lo que se dice bien escrito- está.

Y nada más por hoy... Bueno, sí... ¡Ojalá me depare el destino muchas coincidencias más como estás!

Víctor Mora

Premià de Dalt 10 de febrero del 2oo8

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Nota: El escritor Víctor Mora, inicia hoy este espacio -con la intención de mantenerlo actualizado- para tener un contacto más directo con sus amigos y lectores. ¡Lectores...! Esos amigos, (o enemigos no por eso menos respetables) a quien casi nunca se llega a conocer personalmente.